

Definir la trayectoria de un artista de largo recorrido destacando los momentos más significativos o intentando etiquetar y acotar su estilo es siempre una tarea compleja. Es comparable a intentar vallar el mar para contener sus aguas; una acción poco útil ya que el agua siempre sigue su camino a pesar de los obstáculos.
Tal vez esta sea una buena analogía a la hora de conceptualizar el trabajo de Junior Mackenzie. Un trabajo que fluye con el movimiento de la vida al cual no se le puede poner límites.
Junior Mackenzie surge de la inquietud creativa y desazón vital de Juan Fortea para intentar filtrar y transformar en algo bello los momentos oscuros que en ocasiones el día a día nos lanza a la cara.
Así pues, Junior Mackenzie no es un músico o cantautor al uso; nos encontramos ante un proyecto colectivo que surge desde el gesto creativo de un individuo cuyo fin último es la materialización de canciones. Porque esa es la esencia de Junior Mackenzie; las canciones.


Las composiciones de Junior Mackenzie son como un cuaderno de bitácora, un diario de a bordo donde plasmar las tormentas o los intentos de naufragio, pero también donde registrar cuándo y cómo sale el sol. Porque siempre al final acaba brillando el sol.
El trabajo de Juan Fortea es el resultado de sus viajes, de sus experiencias vitales, de sus encuentros y desencuentros. Todos esos momentos tienen su nexo común y continuidad en la música como motivación y motor de vida.
El universo sonoro de Junior Mackenzie es un compendio de diferentes elementos que se entremezclan para crear piezas atemporales totalmente ajenas a límites estilísticos, ofreciendo a los oyentes hermosos paisajes sonoros donde perderse y evadirse de todo el ruido que contamina y distorsiona en ocasiones la existencia humana.
Un amplio registro fonográfico (tres Lp´s y cuatro Ep´s) dan constancia de la evolución de un artista que ha basado su existencia y supervivencia en la autogestión y el trabajo continuo.
Junior Mackenzie camina con pie firme, sin pausa, pero sin prisa… afianzando cada uno de sus pasos, redescubriéndose en cada uno de sus trabajos.
No es de extrañar por este motivo, que nos encontremos ante un proyecto de largo recorrido con giras compartidas con artistas como Richard Hawley, Fran Black o The Kills entre una larga lista.
El Lp “Files of Life” (2017) fue elogiado por la prensa musical entrando en listados como uno de los mejores discos del año.
El vídeo single avance de este disco, “Haze”, recibió el premio Carles Santos otorgado por el Instituto Valenciano de Cultura en la categoría de mejor videoclip.
Este álbum llevó a la formación a girar por España, Portugal y Francia pasando por festivales como el FIB o los Conciertos de Radio 3, RNE.


Si bien es cierto que la música de Junior Mackenzie no es apta para todos los públicos ya que requiere un ejercicio de escucha activa, la banda ha sabido crearse una legión de fieles seguidores a lo largo de los años.
Tal vez sea por la honestidad, sensibilidad o naturalidad de su propuesta que Junior Mackenzie ha conseguido hacer que su música escale en ese diálogo bidireccional público/músico en que se basa la composición, logrando construir una especie de hermandad global en la que refugiarse y sentirse identificado.
Podrían escribirse muchos folios sobre Junior Mackenzie, sus derrotas, éxitos, influencias…
Se podría desmenuzar cada uno de sus trabajos, canciones o videoclips haciendo un profundo ejercicio de disección. Pero lo bello e interesante de su propuesta es que está al alcance del oyente para que cada uno interprete y sienta a su manera ese paseo sonoro en el cual Juan Fortea nos da la mano para caminar conjuntamente en su imaginario musical.

