Mi Guitarra Acústica Gibson

En ocasiones, compañeros músicos o amantes de la música me preguntan qué guitarras considero mejores, cuáles uso en directo o en grabaciones y los motivos detrás de mis elecciones. Esta es la historia de mi relación con la guitarra acústica Gibson y cómo ha influido en mi música.

La Conexión con los Instrumentos

Generalmente, el vínculo que se adquiere con los instrumentos y cómo se convierten en parte de tu vida puede ser comparable al lazo que estableces con las personas. En mi caso, la gran mayoría de guitarras que tengo o he tenido y que han formado parte de mis composiciones, han sido por el feeling que he tenido al verlas o tocarlas.

En ocasiones ha sido amor a primera vista, y otras veces he ido buscando y probando hasta dar con una sonoridad que me evocase algo.

Elección de la Guitarra Según la Composición

No todos los tipos de guitarras encajan en una composición determinada. Por lo general, hay que buscar una coherencia con el sonido y el estilo de la canción. Si bien es cierto que cuando comencé a tocar era un gran fanático de las guitarras eléctricas de cuerpo sólido, conforme fui haciéndome más mayor y habiendo experimentado en directo y en estudio, me di cuenta de que las guitarras de cuerpo hueco o semi-hueco me ofrecían otras posibilidades en lo que a sonoridad se refiere.

La Versatilidad de las Guitarras Acústicas

En el caso de las guitarras acústicas, te permiten lograr un sonido en ocasiones más melódico y en otras más percutivo, en función del grosor de la púa, de si tocas con los dedos o también del juego de muñeca que hagas.

Inspiración en Ben Harper

Un momento clave que me abrió un mundo en relación a posibilidades sonoras en este tipo de guitarras fue descubrir la música de Ben Harper. Este músico estadounidense emplea mucho las guitarras acústicas procesándolas en ocasiones como si fuesen guitarras eléctricas.

Mi Primera Guitarra Acústica

Mi primera guitarra acústica fue una Epiphone fabricada en China. Básicamente, usaba esa acústica para componer y en ocasiones en directo. Pero la guitarra acústica que me cambió la vida y que más años me ha acompañado (y sigue acompañándome) es mi Gibson J-100.

El Encuentro con la Guitarra Acústica Gibson J-100

Mi guitarra acústica Gibson la encontré, si no me falla la memoria, en el año 2006 en un rincón de lo que hace años era la tienda Madrid Musical (hoy en día llamada Málaga 8). Estaba en Madrid pasando unos días y tenía un concierto acústico agendado en la Sala Juglar de Lavapiés. Me decidí un día a dar un vistazo en la tienda y ahí estaba, colgada de la pared en un rinconcito entre un montón más de guitarras.

Amor a Primera Vista

Lo de visitar tiendas de música es un ejercicio masoquista que practicamos bastante los músicos. Pareciera que disfrutamos viendo y probando cacharros y demás backline que en ocasiones no nos podemos permitir por los precios. En mi caso, lo que sucedió con la Gibson J-100 fue amor a primera vista.

Es difícil intentar describir y explicar a alguien que no toca qué se siente cuando tocas una guitarra y piensas que es un “perfect match”. Básicamente, lo que suele suceder es que sientes que está hecha para ti por la comodidad, el sonido o simplemente porque jugando y trasteando te aparecen ideas, te evoca paisajes sonoros. Se sabe y punto. Y otra cosa que engancha es el olor de la madera de una guitarra. Es adictivo.

Años de Historias con Mi Guitarra Acústica Gibson J-100

Como mencionaba antes, esta guitarra me ha acompañado y lo sigue haciendo en mis composiciones, conciertos y grabaciones. He tocado y viajado con ella a Estados Unidos, Francia, Portugal y, por supuesto, toda la geografía española.

Características del Diseño

Una de las características de este instrumento es el diseño. Si bien es cierto que, en función del calibre de cuerdas que uses, el mástil puede parecer duro en ocasiones, el cuerpo grande y redondeado de la caja lo convierte en un instrumento con mucha proyección.

Para grabaciones, es un instrumento que ofrece bastante cohesión entre los diferentes elementos si se realiza una toma a una distancia no muy próxima.

Uso en Directo

La forma en la que uso mi guitarra acústica Gibson J-100 en directo es un poco distinta a la forma en la que se suelen amplificar este tipo de guitarras. Este instrumento lleva de fábrica un sistema de amplificación Fishman asentado bajo el puente donde reposan las cuerdas, lo cual te abre muchas posibilidades a nivel de sonido distinto a si llevase una pastilla flotante en el agujero de la caja.

Procesamiento del Sonido

Para directos, estas guitarras se suelen conectar a una caja de inyección que pasa por la mesa de mezclas la cual te devuelve la señal por un monitor en el escenario que permite que te escuches.

En mi caso es algo distinto debido al procesamiento que le hago: la guitarra va conectada a pedales de guitarra eléctrica y después a un amplificador que va microfoneado. En ocasiones lo paso por un amplificador de guitarra eléctrica y en otras por un amplificador de guitarra acústica “Fishman Loudbox Artist”. De esta forma, puedo por una parte controlar yo la ecualización y los efectos que quiero mandar a la mesa de mezclas y, a la par, me permite monitorizarme en el escenario si este no es excesivamente grande. En caso de necesitar refuerzo para escucharme, se suma la señal de los monitores.

Ecualización en Directo y Estudio

Si bien antes mencionaba que para grabaciones en estudio la guitarra emite un sonido bastante balanceado que acopla generalmente bien en la mezcla, para directo tiene una sonoridad excesivamente grave, por lo cual hay que modificar la ecualización de manera bastante drástica. Generalmente, yo corto en el amplificador los graves al tope dejándolos a cero. El cuerpo de la guitarra ya me aporta esas frecuencias que he restado en el amplificador.

Ejemplos de Sonoridad

Os dejo a continuación un par de links para que podáis valorar la variación de sonoridad de esta guitarra en directo y en estudio.

El Nombre de Mi Guitarra Acústica Gibson

Para despedirme, quería compartir con vosotros que yo a mis guitarras les pongo nombres. Si todos tenemos un nombre y les ponemos nombre y/o sobrenombre a nuestras mascotas más queridas y a nuestros amigos, ¿por qué ha de ser distinto con un instrumento?

Mi Gibson J-100 fue bautizada como Amy Lynn. Tal vez por ser un nombre que me evoca algo más folk, femenino, delicado y a la par fuerte, rudo y potente. Algo parecido a la versatilidad de este instrumento.

Un abrazo a tod@s!

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